martes, 24 de marzo de 2020

Tomanowos: Un meteorito de 15 toneladas que acabó dentro de una caseta

Créditos de la imagen: American Museum of Natural History

Esta enorme roca metálica con cavidades tan curiosas fue hallada hace muchos años en el estado de Oregón, Estados Unidos, y fue bautizado por los nativos americanos como Tomanowos. Es un meteorito que mide tres metros de alto por dos de ancho y su masa es de 15 toneladas. Es el meteorito más grande hallado en Norteamérica y el sexto en el mundo.
Por lo visto no se ha encontrado ningún cráter perteneciente a este meteorito, por lo que se teoriza que podría haber caído en el hielo canadiense y que haya llegado flotando hasta donde fue descubierto unos años después.
Su composición es principalmente de hierro, aproximadamente un 92%, con un poco de níquel.



Cómo nació este meteorito

Este meteorito enorme fue resultado de la colisión de un planeta con otro planeta. ¿Cómo sabemos esto?
En una nebulosa planetaria hay suspendidos materiales en forma de gas y polvo que se van agrupando entre sí por gravedad. El hierro y el níquel (que es de lo que suele estar formado el núcleo de los planetas como la Tierra) son dos compuestos muy pesados que por ese motivo suelen ser atraídos con más fuerza hacia el centro de masa del planeta y así termina formando parte del núcleo de los planetas como el nuestro. Los elementos más ligeros suelen quedar más hacia la superficie, como las rocas.

¿Y qué forma hay de que todo ese hierro y níquel salga del interior de un planeta? Pues mediante grandes colisiones.

En los tiempos en los que el Sistema Solar estaba en proceso de formación había mucho caos y muchos protoplanetas orbitando la estrella que continuamente colisionaban unos con otros. Muchos de los meteoritos que hay hoy en día, tanto en la Tierra como orbitando el sol (o también en otros planetas, claro), fueron consecuencia de estas colisiones. Al colisionar dos planetas lo harán con la suficiente fuerza como para arrancar las partes más internas de ellos, como el núcleo. Este material del núcleo es despedido al espacio y puede estar orbitando el sol durante mucho tiempo hasta que se encuentre con otro planeta que le haga modificar su órbita y caiga en su superficie.



Esto es lo que ocurrió con Tomanowos, que hace unos 4.000 millones de años (recordemos que nuestro Sistema Solar tiene unos 4.600 milones de años) colisionaron dos de esos protoplanetas. Parte del material del núcleo salió despedido al espacio y estuvo deambulando hasta que se topó con la Tierra lo suficientemente cerca como para ser atraído por su masa.


Cómo llegó hasta nosotros


Como expliqué antes, tras ser atraído por la masa de nuestro planeta, se sospecha que Tomanowos terminó aterrizando sobre el hielo canadiense. El agua de las lluvias fue reaccionando con la troilita (sulfuro de hierro (II)), un mineral muy raro en la Tierra, pero que suele estar muy presente en meteoritos. Poco a poco su superficie se fue desgastando hasta dejar el aspecto cavernoso que tiene hoy en día.

Imagen de la tirolita.


Poco a poco fue desplazándose hacia Estados Unidos hasta llegar a Oregón, donde unos nativos americanos, los Clackomas, lo encontraron y pusieron nombre a este meteorito como Tomanowos, pensando que había sido enviado del cielo representando la unión de los hombres del cielo con los de la tierra.

En 1.902 fue descubierto por un colono llamado Ellis Hughes que vio la oportunidad y se las apañó para transportar las 15 toneladas de meteorito hasta sus tierras. Este señor se pasó tres meses moviendo el meteorito hasta que llegó a su destino y entonces construyó una cabaña a su alrededor, dijo que había aparecido en sus tierras y empezó a cobrar a todo aquel que quisiera verlo.




Pero todo se le empezó a ir de las manos cuando un abogado quiso arrebatarle el meteorito diciendo que si había caído del cielo no podía ser de su propiedad.
Además a los Clackomas tampoco les hizo mucha gracia que se lo hubiera llevado y empezaron a acusarlo de robarles su roca sagrada que había sido entregada por los dioses.
Por si esto fuera poco, un vecino lo denunció diciendo que en realidad el meteorito había caído en su terreno y como prueba enseñó el cráter que supuestamente había dejado el meteorito, pero posteriormente se supo que ese supuesto cráter lo había hecho sido él mismo con explosivos la semana anterior y quedó desestimado

Finalmente, en 1905 el estado supremo ordenó que el meteorito debía pertenecer a la empresa siderúrgica de Oregón, terminando por fin con todos estos embrollos.

Su destino final


Cuando la empresa siderúrgica de Oregón echó el cierre fue vendido a una mujer, Mrs. William Dodge, que a su vez la cedió al Museo Americano de Historia Natural, en Nueva York. Y ahí sigue hoy en día.
A la Tribu de los Clackomas se les entregó un trozo del meteorito para que pudieran seguir rezando a sus dioses, considerando que tiene mucha importancia cultural para ellos. Además, sus descendientes, la Tribu confederada de Grand Ronde tienen el derecho de visitar el meteorito cuando quieran.

Hasta aquí el artículo de hoy. Si te ha gustado y no quieres perderte publicaciones en el futuro te recomiendo seguirme en mi cuenta de Instagram, ya que ahí publico todas las noticias de lo que voy subiendo, entre otras cosas. También te dejo mi canal de YouTube y mi cuenta de Twitter, ¡aunque a mí Twitter no se me da muy bien!

No hay comentarios:

Publicar un comentario