Una de las
cosas que hace popular a la ciencia es su habilidad para causar asombro al
explicar las cosas, se trate de algo de lo más cotidiano o de los fenómenos
más extraños, solo conocidos por un puñado de expertos.
El asombro y la curiosidad son el preludio de la Ciencia. Levantar la vista y contemplar nuestra galaxia, nos lleva a querer saber más. Sobre estas líneas, fotografía de la Vía Láctea tomada ayer día 17 de junio de 2018 desde Buendía (Cuenca, España) por nuestro compañero de la carrera de Ciencias Físicas, Rubiel (Instagram: rubiel_particlesmusic), que además de futuro físico pasa por ser un prometedor astrofotógrafo. |
Esa
fascinación es una potente herramienta en divulgación. Pero es fácil dejarse
llevar por el entusiasmo desmedido y cruzar la línea entre la divulgación
científica, y la especulación salvaje (aunque sea con base científica) o
incluso llegar a la pura fantasía. Me consta que muchos libros, revistas,
artículos, documentales, etc., se venden explotando precisamente esta vía. Son
tremendamente atractivos, seductores y apasionantes. Pero si no se avisa de su
naturaleza especulativa con claridad, se contribuye a dar una imagen deformada
y confusa del conocimiento científico, y se perpetra una estafa intelectual
hacia los receptores del mensaje.
Sin duda la
imaginación, la creatividad, la especulación,… son cruciales en toda actividad
intelectual, incluida por supuesto la ciencia. No son malas, sino todo lo
contrario: bien empleadas son un poderoso instrumento para sondear lo ignoto,
para abrir nuevos caminos, para explicar lo conocido desde nuevas
perspectivas...
Lo que no es
de recibo es usarlas mal, y confundir a la gente haciendo pasar estas ideas por
ciencia rigurosa. Así que mi intención en esta última entrada es presentaros
una pequeña muestra de ese extensísimo y bullicioso paisaje que está allende la
ciencia actual. Hacia donde miran los científicos cuando sueñan y fantasean.
Pero que no es ciencia. Al menos no aún.
Sin ánimo de
ser exhaustivo, voy a esbozar las líneas generales de un puñado de “familias de
ideas” que están más allá del modelo estándar de la cosmología física:
dimensiones paralelas, otras “realidades”, multiverso, mundos brana,
simulaciones, universos multiescala,… Con solo un poco de imaginación podría
seguir ampliando indefinidamente la lista, pero seguro que tenéis planes. Así
que me contendré y me limitaré a perfilar una selección “casi arbitraria” de
esas ideas (en el sentido que me di 15 segundos para escribir en un papel las
primeras que me vinieron a la cabeza), para que podáis reconocer y diferenciar
entre sí las versiones más sencillas de las mismas.
Sin más
dilación entremos en materia. Pero antes permitidme
subrayar de nuevo que todo lo que sigue son ideas especulativas
formuladas desde los ámbitos de las matemáticas, la filosofía, o la pura
especulación basada sobre la física. No son ciencia.
Visión clásica extendida a dimensiones
extra:
Como
hemos visto en las entradas anteriores, la imagen que manejamos actualmente de
nuestro universo es la de una variedad de 4 dimensiones. Entendemos las
dimensiones del universo como el número de coordenadas necesarias para
definirlo (no hablamos por tanto de “realidades”). Así para definir todo lo
relativo a nuestro universo necesitamos tres coordenadas espaciales y una
temporal. Pero, ¿es este el límite? Algunas hipótesis como las de cuerdas
planteaban hace ya varias décadas un universo con ¡hasta 26 dimensiones!
Actualmente la hipótesis heredera de aquella, la de las supercuerdas,
trabaja en 10 dimensiones; la unificación de cuerdas mediante holografía y
dualidad (la “teoría” M, abanderada por Ed
Witten) en 11; y su extensión (la “teoría” F, de Cumrum Vafa) lo hace en 12 dimensiones.
Podemos
considerar estas propuestas como serias, si lo hacemos desde una perspectiva
puramente matemática; y reitero: matemática, no científica, porque a día de hoy
no cuentan con evidencia experimental, y ni siquiera existe consenso sobre
si son falsables, (lo que como recordaréis de la primera entrada de esta
serie, es criterio indispensable para darles la consideración de científicas).
Por supuesto, entre estas propuestas se cuelan otras ideas que consideran la
existencia de varias dimensiones temporales simultáneamente, como por
ejemplo, los análisis propuestos por Max Tegmark.
El Universo mosaico (o la
versión más sencilla de multiverso):
Cuando
pensamos en nuestro universo, lo solemos limitar al universo observable, aunque
ya hemos mencionado que es muy probable que el universo sea mucho mayor. Pero
la idea básica de universo (uno y todo) nos hace pensar que la física será la
misma en todas las partes del universo. O dicho de otra manera, es el mismo
universo porque la física es la misma en todas sus regiones. Y aquí
podríamos añadir una complicación más si permitimos la variación de la física
en el tiempo, es decir que pueda “evolucionar”, (velocidad de la luz variable
según la época, etc.) a condición de que lo haga en todo el universo.
Pero
aun siendo así, podríamos encontrar regiones del universo que van a estar
desconectadas causalmente por la distancia que las separa, de forma que no
puedan intercambiar energía, ni materia, ni información. Y de aquí surge la
idea del universo mosaico que algunos autores consideran la versión más simple
de multiverso (el nivel 1 para Max Tegmark).
Visión discutida por otros autores, que consideran que el concepto de
multiverso exige, no solo desconexión causal, sino también discontinuidad y
diferenciación de “identidad”.
El Pluriverso:
¿Y si eso no es así? ¿Y si en
regiones cómodamente alejadas de nuestro universo observable, la física que
gobierna esa región es distinta, y la propia estructura fina del espaciotiempo
resulta ser salvajemente diferente?
Pues
bien esta idea nos lleva a la noción de Pluriverso, en el que el mismo
continuo espaciotiempo se comporta de formas muy distintas en diferentes
regiones, lo que da lugar a distintas físicas. Hay lugares suaves y casi
planos, estables, donde el universo se desarrolla “tranquilamente” como en el
nuestro; mientras que otras regiones son caóticas, extremadamente
distorsionadas, llenas de “picos y depresiones”, y en las que emergen otros
vacíos, otras familias de partículas (o directamente no puede existir ninguna).
El Multiverso
Inflacionario eterno y las burbujas:
Una
de las ideas que más le cuesta aceptar a la gente (y entender aplicada al
universo) es: ¿cómo de la nada (absoluta, filosófica) podría surgir un universo
entero?
Los
matemáticos, que perfectamente pueden prescindir de la realidad para hacer su
trabajo, (al contrario que los físicos cuyo último juez es siempre la realidad
a través del experimento), vienen al rescate: si 1 + (-1) = 0, matemáticamente
podemos leerla al revés y obtener 0 = 1 + (-1). Ya está. “Elvis,
(matemático) ha abandonado el edificio...”
Pero
¿qué pasa si no hubo un Big Bang en el origen, ni una “nada absoluta”
previa? ¿Y si ese origen que solemos ver (mal) explicado como una gran
explosión que dio origen al propio espaciotiempo en medio de la nada eterna es
al revés, un todo absoluto en expansión perpetua que decae súbitamente
en una región infinitesimal en la que pierde el ritmo expansivo de las regiones
que la rodean?
De
las ideas sobre la inflación eterna nos surge este paisaje. Imagina un
universo de n-dimensiones e infinito, en inflación eterna, (con una inflación
como la que comentamos en la cuarta entrada, que pensamos que experimentó
nuestro universo entre los 10-36s y 10-32s tras su
inicio). Ese suprauniverso inflacionario “se expande a velocidades fuera de
escala” (quizá a velocidad absurda), y súbitamente, en una región
infinitesimal, el campo que origina la inflación se gripa y se crea una
burbuja de sólo x-dimensiones que se expande a una velocidad mucho más lenta,
finita. Entonces la burbuja sufre una “termalización” en la que la
energía residual “del frenazo” se convierte, dentro de la burbuja, en
partículas. El mundo al revés: primero fue la inflación y luego el “Bang”
del Big Bang.
Si
ahora imaginamos que eso pasa en infinitos puntos de las n-dimensiones
espaciales, en cada instante de la eternidad de las n-dimensiones temporales de
ese todo absoluto (y lo limito a las dos “especies” de dimensiones que nos son
familiares, para que no os estalle la cabeza ya que habéis llegado hasta esta
última entrada), pues tendríamos una cantidad infinita de burbujas, cada una
con un número y características de dimensiones diferentes, física y contenidos
diferentes (según cómo el omnicampo decae en cada caso), que se ven
inmediatamente aisladas de las burbujas que pudieran surgir en sus cercanías
por la expansión normal del omnicampo entre ellas.
¿Lo
queréis más complicado? Vale. En una eternidad, en un universo infinito es
fácil pensar que de cada universo haya infinitas copias idénticas, así como
infinitas copias de cada mínima variación de cada uno. ¡Venga fiesta!
¡Burbujitas, burbujitas!
El Mundo Brana de
la cosmología de cuerdas:
De
la extensión de la cosmología que parte de las hipótesis de supercuerdas nos
llega esta propuesta, cuya colección de “objetos” es una auténtica locura de
proporciones colosales.
La
denominada “teoría M” y sus extensiones, proponen que los constituyentes
fundamentales del universo son objetos de dimensión 1 en adelante. Así, puede
que os resulte familiar la idea de que en este paradigma, en lugar de
partículas puntuales, tenemos cuerdas unidimensionales que son las que generan
con su vibración los campos cuánticos, cuyas excitaciones, a su vez, vemos en
nuestra escala de observación como partículas elementales.
Pero
es que estas propuestas afirman que en realidad los objetos fundamentales son
las D-Branas: objetos extensos, de los cuales las cuerdas serían la especie 1D.
Y, por supuesto, hay especies 2D, 3D,… Y su escala puede ser enorme, o
fundamental. En nuestro caso, el universo que conocemos sería una Brana. Así
que en un espacio de más dimensiones, nuestra Brana de 3D espaciales podría
estar a unos milímetros de otras Branas-universo, de forma que pudiéramos
sentir su gravedad (porque los gravitones serían cuerdas cerradas libres
capaces de viajar entre Branas) pero no podríamos interaccionar de otra forma
con ellos. Esto nos lleva a un nuevo concepto de multiverso formado por
D-Branas en el seno del “paisaje de cuerdas” (landscape), del que Brian Greene es uno de
sus mayores exponentes. Se suele cifrar entre 10500 y 101500
el número de “universos posibles” que describen estas propuestas.
Y
estas ideas añaden nuevos mecanismos para el origen de nuestro universo. Por
ejemplo, el choque de dos Branas paralelas daría lugar a sendos “Big Bangs” en
sus “interiores” respectivos. Si esto ocurre porque las D-Branas se atraen
chocando y repeliéndose con el choque, para volverse a atraer y colisionar,…
tienes un mecanismo con Branas para generar universos cíclicos pulsantes.
Este tipo concreto recibe el nombre de modelo ecpirótico y dos de sus
defensores más conocidos son Neil Turok y Paul Steinhardt.
Supongo que ya podéis imaginar que si empezamos a considerar la ilimitada
variedad de D-Branas (2D, 3D, 120D,…) y permitimos otras formas de jugar con
estos elementos (intersecciones, colisiones en ángulo, etc.) la riqueza
resultante es simplemente inabarcable.
Los Universos Cíclicos:
La “fauna”
que encontramos bajo este epígrafe es también muy variada. Tenemos universos
cíclicos que se encuadran en un metaespaciotiempo mayor, que los acoge como el
escenario donde un artista desarrolla su obra. Pero aparte de esta versión más “de
andar por casa”, tenemos otras que resultan más exóticas. Por ejemplo, la de un
universo cíclico solitario y autocontenido que, además, repite exactamente su
historia, una y otra vez, eternamente; o las que obtienen sus exóticas
propiedades de su geometría; o los que decaen al final de su evolución a un “estado
inicial” como en la cosmología cíclica conforme de Roger Penrose, cambiando la escala en el proceso.
Por supuesto, si tomamos una cantidad infinita de estos, y los ordenamos como
átomos en un cristal (por ejemplo), ya tenemos otro multiverso clásico.
Los Universos
Autogenerantes:
Otra
propuesta que nos lleva a ideas que chocan con nuestra lógica: Universos que se
generan a sí mismos, a veces incluso junto con una “progenie” de universos “hijos”
que heredan (o no) su física. Uno de los más famosos defensores del universo
autogenerante fue Stephen W. Hawking, aunque no fue el único ni el primero:
Alexander Vilenkin, Viacheslav F. Mujanov,…
y muchos otros. Sobre esta base se han propuesto muchas combinaciones para
universos, y cómo no, multiversos.
Representación de un universo autogenerante a partir de un bucle 4D que se vuelve inestable, resultando su excursión en un árbol de universos: otra vía al multiverso. |
De las muchas
que hay, voy a destacar una que me parece especialmente sugerente, que se basa
en universos como el nuestro; (cómo siempre, podéis luego complicar las cosas a
placer, añadiendo tantos elementos exóticos como gustéis).
La
idea es simple: cuando una estrella “muere” formando un agujero negro con
horizonte de suceso, un nuevo espaciotiempo se crea en su interior. Desde la
perspectiva del interior, ocurre un Big Bang, y la forma en la que ha ocurrido
el colapso determina la física que gobierna dentro. Es decir, si habrá
partículas o no, si se podrán formar estrellas o no,… etc. En aquellos
universos parecidos al nuestro, tal que puedan formar agujeros negros de alguna
manera se repite el mismo esquema. Esto da lugar a una infinita sucesión de
universos con una curiosa componente de evolución “filogenética”. Y lo curioso
es que la idea no es tan fantasiosa como cabría esperar, ya que parte de
conjeturas basadas en la Teoría de la Relatividad. Concretamente en la idea de
que dentro del horizonte de un agujero negro, se crea espaciotiempo a una
velocidad mucho mayor que la de la luz, de forma que el horizonte “huye” del
observador. Así que para poder desarrollar un universo entero dentro, con
buscar un escenario que niegue la formación de singularidades es suficiente.
Curioso ¿verdad?
El Multiverso de
Universos Multiescala:
Es
posible que recordéis a Orión, el gato que en Men in Black guardaba en
su collar “la galaxia”, que era una galaxia completa en miniatura. Y lo mismo
pasa con la escena final en la que veíamos como unos alienígenas (quizá
deberíamos añadir “extrauniversales”) jugaban con unas canicas, que encerraban
universos enteros, y dentro de una de las cuales estaba el nuestro.
Pues esa es esencia de la idea del universo multiescala y los multiversos que
con él se construyen. A modo de matrioshkas, cada universo tiene unas escalas
mínima y máxima que hacen de frontera infranqueable. La frontera por la escala
mínima lo separa de los universos que existen dentro de cada partícula
elemental, y a su vez el universo entero no sería más que una partícula
elemental en un universo de escala mayor. Como podéis imaginar, hay infinitos
universos en la dirección hacia lo más pequeño, al igual que en la dirección
hacia lo más grande. Y estos juegos con la escala tienen que ver con la
supersimetría y la cosmología de cuerdas en la que tanto se prodiga Brian
Greene.
¿Podría la espuma cuántica del espaciotiempo en nuestro universo estar formando continuamente microuniversos? ¿Podría ser nuestro universo una efímera burbuja en la espuma cuántica ultramiscroscópica de un universo mayor? Pues por ahí van los tiros.
Representación artística del espaciotiempo a nivel de la denominada espuma cuántica. |
El Multiverso Fractal:
Es una mezcla de los dos anteriores.
Obviamente tiene una componente multiescala, y es autogenerante, aunque por
imitación con los objetos que le dan nombre, (los fractales, cuyo más famoso
representante es el conjunto de Mandelbrot), adquiere esa esencia de “iteración”
infinita que lleva suavemente al multiverso. Es típico encontrarlo en la
divulgación de ideas relacionadas con el platonismo y el universo matemático,
aunque versiones más moderadas y serias han sido propuestas, como por ejemplo
la de Andrei Linde (relacionadas
con inflación caótica eterna) y Luciano Pietronero,
más enfocada a la formación de estructuras en nuestro universo.
Un infinito de universos emparentados pero con pequeñas variaciones que les hacen ser a cada uno único en la inmensidad del Multiverso Fractal. |
Las Realidades
Paralelas:
El
recurso clásico de la ciencia-ficción: infinitas copias del universo con todas
las variantes imaginables para cada detalle, cada evento, cada partícula, cada
momento. Todas coexistiendo simultáneamente y en el mismo espacio
supradimensional. La lista de autores sería enorme pero, por afinidad, permitidme
citar aquí al maestro, Isaac Asimov.
El de las
realidades paralelas es el lugar clásico donde cada historia de fantasía podría
existir como una verdadera realidad. Porque, en un infinito sin restricciones,
¿habría algo que no pudiera existir?
Un universo entero para cada historia posible. |
El (o los) Multiverso(s)
Cuántico(s):
¿Cómo
iba a faltar a esta fiesta el mayor mantra del mundo de la fantasía? Cuántico.
Ya solo el adjetivo desconecta en muchos la acción misma de pensar en lo que
realmente significa, y entran en comunión con el todo. Una experiencia mística.
Normalmente os
repetiría otra vez lo de “¡Huid insensatos!”. Pero, como hoy estamos navegando por
estas ideas sin exigencia de rigor científico no vamos a dejarnos
esta tan golosa. Recordad que algunas versiones de las propuestas que citamos en esta
entrada sí tienen rigor formal, matemático, o cierto grado de coherencia, (aunque
de todas encontrareis montañas de versiones destrozadas por el maguferío general y por la prensa
generalista).
Pues
bien, el Multiverso Cuántico, cuyo principal ponente fue Hugh Everett III,
se basa en dos conceptos de la física cuántica denominados decoherencia
y ergodicidad. La decoherencia es, a muy grandes rasgos, el proceso o
transición por el cual un sistema cuántico deviene clásico. La ergodicidad, en
este caso, es un precepto que establece que todas las posibilidades de un
sistema dado son, respecto de la existencia, igualmente probables. La magia
aquí surge al juntar ambas adaptaciones de estos conceptos: este
escenario dice que, cada vez que un estado cuántico decohere, lo que ocurre es
que (por la ergodicidad) el universo entero se “desdobla” en tantas copias como
sea necesario para que cada posibilidad (cada estado que ha decaído a su
versión clásica) se acomode en uno de ellos. Este galimatías se ejemplifica
como sigue: tiras un dado de seis caras. Ese fenómeno (que no es cuántico, es
sólo para aclarar la idea) causa que aparezcan seis copias del universo, en
cada una de las cuales verás un resultado diferente para la tirada. Así, para
los defensores de estas ideas, la probabilidad es una “prueba” de la existencia
del multiverso.
También
se suele ejemplificar en versiones modernas con la fábula del águila y la rana:
el multiverso para el águila, que lo ve “desde fuera” es único, pero está lleno
de copias de la rana en la que cada posibilidad se realiza. Para el águila no
existe la probabilidad ni el tiempo, solo una foto fija con todas las historias
posibles, superpuestas. Para la rana, que está metida en el fregao, “desde
dentro”, sí existe el tiempo y ve los sucesos como aleatorios, (no sabe de sus
otras copias que convierten en realidad cada posible camino que siga la rana).
El Multiverso
Holográfico:
Basado
en las ideas del Principio Holográfico de Gerard 't Hooft,
y Leonard Susskind, y reforzado por la concepción de la correspondencia
AdS/CFT de Juan Maldacena, muchos filósofos de la ciencia y
filósofos en general (ensayistas, pensadores, metafísicos, etc) de lo más
variopinto han hecho presa sobre este concepto, reduciendo el universo a
información, y construyendo el multiverso como proyecciones multidimensionales
de la misma capa de datos. Es decir, según la proyección se realice en más o
menos dimensiones, existirán diferentes “formas” de proyectarla, esto es,
diferentes tipos de universo. Y sobre estos se puede aplicar la variación
habitual para obtener infinitos universos diferentes. Ojo. El principio Holográfico
es una forma de alcanzar la dualidad entre las diferentes “teorías” de supercuerdas
para llegar a la “teoría M” y eso es un trabajo matemático concienzudo y muy
bien hecho. Este tipo de multiverso es, como siempre, el fruto de tomar un concepto molón,
complejo y mal entendido, simplificarlo, y aplicarlo al esquema de siempre:
imaginación e infinitos a granel. Sota, Caballo y Rey, (y de ahí no salimos).
Pero entre todo el ruido también hay propuestas que la desarrollan de una forma cabal. De hecho, el origen del principio holográfico lo encontramos en la búsqueda de una solución al acuciante problema de la destrucción de la información en los agujeros negros, (hijos de la relatividad general), que es totalmente incompatible por principio con la teoría cuántica, en la que la información se preserva.
Pero entre todo el ruido también hay propuestas que la desarrollan de una forma cabal. De hecho, el origen del principio holográfico lo encontramos en la búsqueda de una solución al acuciante problema de la destrucción de la información en los agujeros negros, (hijos de la relatividad general), que es totalmente incompatible por principio con la teoría cuántica, en la que la información se preserva.
Idea del universo holográfico, explicada en una ilustración de Scientific American, perteneciente a un artículo sobre el universo holográfico publicado en su número 289 de agosto 2003. |
El Universo-Simulación:
Bueno,
pues siguiendo con la línea anterior, pero más cercano a “Matrix” y camino del "universo (y del multiverso) matemático". Desde el
mundo de la filosofía nos llega esta versión moderna de la duda de Descartes
sobre la realidad del mundo y el genio maligno que engaña sus sentidos, solo que ahora incluye unos supercomputadores fantásticos. Se atribuye su resurrección
moderna al filósofo Nick Bostrom, si bien lo incluyo en la lista porque no
pocos científicos, matemáticos en ingenieros informáticos han recogido el
guante para ver si la propuesta pudiera tener algún sustento.
Según esta
propuesta, el universo está hecho de bits porque es una simulación informática
de una computadora de capacidades increíbles, construida por nuestros
descendientes (o por otros, según nos guste una versión más o menos cercana a la
de “Interestellar”). La idea es que esos seres simulan una cantidad incontable
de universos para estudiar cómo era el suyo, su pasado, encontrando (como
hacemos nosotros) hoy las ramas del “árbol de universos posibles” que llevan al
suyo en concreto.
Extensiones de
esta idea, obviamente pueden añadirle tantas dimensiones como quiera tu
imaginación, y con una potencia tal para la supercomputadora que el ordenador
cuántico más avanzado que podamos soñar en la ciencia ficción, parecería una
calculadora de juguete a su lado. Lo gracioso es que quizá pudiéramos falsar
esta idea: si la simulación no es perfecta cabe la posibilidad de que tenga
pequeños fallos de programación, y si encontrásemos e identificamos esos “glitches”
tendríamos una evidencia de que somos un gigantesco videojuego.
Neo, en Matrix... ¿tendremos en el fondo esta pinta? |
El Omniverso:
Todas
las versiones de todas las ideas a la vez, de todos los universos que puedas
imaginar y los que no. Todos aquellos a los que nuestra capacidad humana no
alcanza a asomarse. El Omniverso. El Todo metafísico. La jungla de las
contradicciones.
Usualmente se replica aquí la estructura del Aleph 0, diciendo que la capacidad de imaginación humana no pasa de ahí. Por ello es usual verlo vinculado con el universo matemático, en el que se identifica cada familia de universos (definida por un conjunto de constantes, leyes, etc) con una figura geométrica: en el espacio euclídeo, figuras de 0D (punto), 1D (línea); 2D (círculo, triángulo,…); 3D (esfera,…), 4D (hiperesfera,…) y así ad infinitum. Asociando cada “figura” con una estructura matemática, de universo. Osea, más infinitos por todas partes…
Usualmente se replica aquí la estructura del Aleph 0, diciendo que la capacidad de imaginación humana no pasa de ahí. Por ello es usual verlo vinculado con el universo matemático, en el que se identifica cada familia de universos (definida por un conjunto de constantes, leyes, etc) con una figura geométrica: en el espacio euclídeo, figuras de 0D (punto), 1D (línea); 2D (círculo, triángulo,…); 3D (esfera,…), 4D (hiperesfera,…) y así ad infinitum. Asociando cada “figura” con una estructura matemática, de universo. Osea, más infinitos por todas partes…
Llegados a este punto, te pregunto ¿dónde piensas que está el límite: en la imagen de la izquierda, o en la de la derecha? |
Y
creo que con esto hemos dado un paseo más que suficiente para que os hagáis una
idea del paisaje que hay por ahí. Por supuesto no faltan las clasificaciones
que toman estas ideas y las estructuran jerárquicamente en un fútil intento de acotar
y agotar lo que es inagotable por definición, y contingente en su tratamiento
(lógico); y por eso haría que no acabásemos nunca. Y ya va tocando.
Al menos ahora estamos un poquito mas cerca... de llegar al principio. |
Hasta aquí está “breve” guía en la que nos hemos asomado a la cosmología física moderna y sus fronteras. Ha sido un
placer contribuir al blog de Sabela, a la cual le deseo el mejor de los
aciertos en su aventura en la divulgación, y a la que le agradezco que me haya invitado a realizar esta serie de entradas, justo en los comienzos de su proyecto.
Espero que este viaje en seis etapas os haya parecido curioso y os resulte útil para entender un poquitín
mejor todo eso que suele salir de cuando en cuando en las noticias; o quizá, os
sirva para aprovechar mejor vuestras lecturas favoritas.
Como veis vivimos una época apasionante.
Quizá sea como todas y no somos “tan especiales” sino que estamos sesgados
porque esta, obviamente, es la única época que vivimos. Pero lo cierto es que
la tecnología avanza como nunca antes, a una velocidad cada vez mayor. Y eso
nos permite llegar más lejos y más profundo en el entendimiento del cosmos.
Esto genera muchas ideas; algunas nuevas, la mayoría viejas conocidas con nuevo
traje; pero también un mar de ruido en el que es difícil distinguir lo que es ciencia de lo que es fantasía.
Por eso, lo que nos hace falta sobre
todo son mentes científicas despiertas, que tengan claro qué es y cómo funciona
la mejor herramienta que tenemos para conocer nuestro universo; que aporten
nuevas ideas y que vean en los datos lo que otros no fueron capaces de ver. En
suma, cerebros que se dejen seducir por la aventura del conocimiento científico.
Entradas anteriores:
Este artículo es una maravilla. Enhorabuena, desde ahora seré un ávida seguidora del blog.
ResponderEliminarMuchas gracias, (por la parte que me toca). Eres muy amable.
EliminarHacía mucho tiempo que no visitaba este blog, (casi desde que hice esta pequeña pequeña guía), y me alegra ver que el blog ha seguido creciendo de la mano de Sabela.
Y, bueno, aunque ha pasado muchísimo tiempo, quería dejarte respuesta (por si como yo, vuelves a pasar por aquí en otra ocasión).
Un saludo.
Kate Beckinsale es muy guapa.
ResponderEliminarExcelente blog, aunque hecho en falta mi especulación favorita:"El universo ni es tan grande ni nada, sólo es una sala de espejos".Ahora bien,"detrás de un espejo debería haber algo...o tal vez no".A partir de cierta divisoria muchísimas cosas se quedan en la poética expresión "Lo que sabemos que no sabemos". Alberigo CARACCIOLA.Los Boliches MÁLAGA).
ResponderEliminarExcelente blog, aunque hecho en falta mi especulación favorita:"El universo ni es tan grande ni nada, sólo es una sala de espejos".Ahora bien,"detrás de un espejo debería haber algo...o tal vez no".A partir de cierta divisoria, muchísimas cosas se quedan en la poética expresión "Lo que sabemos que no sabemos". Alberigo CARACCIOLA.Los Boliches MÁLAGA).
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