lunes, 22 de febrero de 2021

Aprender a reconocer planetas - Conociendo las estrellas #1

 

Imagen de Reimund Bertrams en Pixabay 

Aunque es probable que mucha gente de la que llega aquí ya sepa reconocer planetas en el cielo y diferenciarlos de estrellas, me parece que lo más justo para todos es empezar desde cero, ya que esta guía está dedicada a toda la gente que le guste la astronomía y quiera aprender más, independientemente de sus conocimientos previos, estudios cursados, etc. Pienso que el conocimiento debe estar siempre al alcance de todos, así que si todavía no sabes nada, o muy poco de astronomía ¡sigue leyendo! y si ya conoces este tema no te preocupes, porque habrá muchos más, aunque yo animo a todo el mundo a leer e incluso a aportar más información en los comentarios, así aprendemos todos. Cuanto más conocimiento, mejor.

Así pues, en el primer capítulo de Conociendo las estrellas vamos a empezar desde el principio: vamos a aprender a diferenciar planetas y estrellas en el cielo nocturno.

¿Qué es un planeta y qué no lo es?

La diferencia principal que hay entre planetas y estrellas, simplificando, es que unas emiten luz y los otros no. Los planetas pueden reflejar luz, pero no tienen luz propia. Podríamos meternos en más tecnicismos, hablar de masas, fusión nuclear, enanas marrones... pero para esta guía no es necesario. 

Ahora bien, distinguir una estrella es fácil cuando estás cerca de ella, como el Sol, ahí no hay duda: vemos una bola muy luminosa que nos calienta, y si hubiera un planeta lo suficientemente cercano como para poder verlo de un tamaño similar al Sol diferenciarlos entre ellos sería coser y cantar, igual que podemos distinguir al Sol de la Luna sin problema. Pero cuando están a distancias tan grandes la cosa cambia, vemos montones de puntitos brillantes en el cielo y vete tú a saber la distancia y el tamaño de lo que estamos mirando y si el puntito en cuestión está emitiendo o reflejando la luz. 

Por suerte, hay varias cosas más que tener en cuenta para distinguir los planetas de las estrellas. Por ejemplo, podríamos tener en cuenta el movimiento, ya que los planetas recorren más espacio en el cielo que las estrellas (desde nuestro punto de vista), pero esto es más difícil de detectar y, siendo sinceros, sería muy tedioso para empezar, no creo que a mucha gente le apetezca quedarse mirando un puntito a ver si se mueve más o menos que otros puntitos, es una actividad tan interesante como ver como da vueltas la ropa en el centrifugado de la lavadora, así que mejor empezaré por la mas simple: El titileo

                                                titileo

1. m. Acción y efecto de titilar (‖ centellear).

La clave de las estrellas que titilan

Si te fijas bien en el cielo, las estrellas te van a dar pistas para hacerte saber que son estrellas y no planetas, y viceversa. Solo hay que saber en qué hay que fijarse.

Imagen de Pexels


Una vez diriges la mirada hacia el cielo nocturno verás, efectivamente, un montón de estrellas -entendiendo en este caso 'estrella' como cualquier cuerpo luminoso del cielo nocturno exceptuando la Luna-. Al principio pueden parecer todas iguales, pero si tomas tiempo para fijarte bien, verás que hay algunas diferencias entre ellas, como el color, el tamaño, pero también que algunas parecen parpadear o titilar en mayor o menor medida, mientras que otras parecen no hacerlo.

Mientras observamos las estrellas, la luz que llega hasta nuestros ojos tiene que recorrer mucho espacio para después atravesar la atmósfera terrestre. En el caso de los planetas esto no presenta un gran problema, porque están bastante cerca de nosotros y nos va a llegar bastante luz de la que reflejan del Sol, además los vamos a ver en forma de discos de luz, no tanto como puntitos. Pero las estrellas están a enormes distancias, algunas como Rigel pueden estar a varios cientos de años luz, otras incluso a mil. Aunque estas estrellas puedan ser monstruosamente grandes, al estar tan, pero que tan lejos, las vamos a ver como meros puntitos brillantes, es decir, nos va a llegar un flujo muy fino de fotones que, para complicar aún más las cosas, cuando llega a nuestro planeta se va a topar con nuestra atmósfera, la cual está constantemente en movimiento, con temperaturas muy variables, presentando diferentes densidades, etc, y todo esto va a perturbar la luz que la atraviesa, desviando algunos de esos fotones y dando como resultado ese efecto de titileo. El efecto de titileo se puede percibir también en otras circunstancias, por ejemplo, puede que te hayas fijado alguna vez en las farolas que están muy lejos, como en un monte lejano, que da la sensación de que tiemblan.

Sin embargo, este método, aunque es bastante fiable, no lo es al 100%, puede ocurrir que si la atmósfera está muy inestable o si el planeta se encuentra muy cerca del horizonte lo veamos titilar sin ser una estrella. Este método puede funcionar la mayoría de las veces -de hecho es el que suelo utilizar yo, pero porque en mi caso ya tengo los ojos muy familiarizados con los planetas y mi orientación es extremadamente mala-, pero por si acaso, te voy a dar otro truquito que no viene mal tener en cuenta.

En busca de la eclíptica

La eclíptica no es el nombre de un mítico tesoro misterioso, ni un legendario lugar sagrado, ni el nombre de un grupo de rock o metal (aunque sí que es el nombre de un disco de un grupo de metal, pero eso no lo vamos a tratar aquí). La eclíptica es la línea imaginaria que recorre el Sol en el cielo. Entonces, lo que vamos a hacer es una especie de seguimiento del Sol: sabiendo dónde se puso el Sol, vamos a trazar esa línea aproximadamente desde ese punto hasta el punto de donde salió; es decir, una línea que más o menos vaya desde el este hasta el oeste (o a la inversa, vaya), teniendo en cuenta la trayectoria que ha descrito a lo largo del día. O sea, lo que vamos a hacer es imaginar una línea que trace su recorrido por el cielo. Una vez lo tengas, si el puntito luminoso que quieres identificar no está en -o próximo a- la eclíptica lo puedes descartar como planeta (por eso debido a mi mala orientación yo prefiero utilizar el método anterior, este se me hace un poco bola)

La clave de la eclíptica está en que los planetas del Sistema Solar orbitan todos, más o menos, en el mismo plano, ya que todos se formaron de la misma nube planetaria. Lo vemos en cualquier representación del Sistema Solar, donde se ven los planetas  orbitando al Sol en el mismo plano. Entonces, al conocer la trayectoria aparente del sol, lo que estaremos haciendo es identificando ese plano en el cielo, donde podremos encontrar todos los planetas e incluso la Luna.

Imagen de BlenderTimer que muestra una representación del Sistema Solar con todos los planetas en un mismo plano.


Las características físicas de los planetas

En este punto ya podemos decir si lo que estamos viendo es un planeta o no, ahora solo queda ser capaces de distinguir o identificar qué planeta es el que estamos viendo. Puede parecer un poco difícil al principio, pero es una tarea bastante sencilla y la verdad que es muy divertido una vez eres capaz de reconocer planetas en el cielo.

Para empezar, es importante tener en cuneta nuestra posición en el Sistema Solar, dado que los planetas que vamos a observar están junto con nosotros orbitando a una misma estrella es importante saber si el planeta en cuestión está más cerca o más lejos del Sol que nosotros. 

Por eso vamos a distinguir entre planetas inferiores y superiores. Pero cuidado aquí, no es lo mismo un planeta inferior que un planeta interior. Un planeta interior es un planeta que en nuestro Sistema Solar se encuentra entre el sol y el cinturón de asteroides que está entre Marte y Júpiter, por lo tanto, pertenecerían a esta clasificación Mercurio, Venus, la Tierra y Marte, mientras que Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno estarían clasificados como planetas exteriores. Ahora bien, los planetas inferiores y superiores se clasifican así de acuerdo a una perspectiva, nuestra perspectiva; estos planetas son los que están más cerca del Sol que nosotros, es decir, Mercurio y Venus, dejando a Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno y Plutón clasificados como superiores. Una forma más sencilla de verlo sería imaginarse el Sistema Solar como si fuera un ascensor gigante, donde el Sol sea la planta baja, nosotros el tercer piso y Neptuno nuestro vecino del 8º. Entonces, al mirar hacia "abajo" estaríamos viendo a los planetas inferiores a nosotros y al mirar hacia "arriba" veríamos a los que se encontrarían en una situación superior a la nuestra. Así es un poco más fácil de recordar cuáles son los planetas inferiores y superiores.


Planetas inferiores

Mercurio y Venus son los planetas que están más cerca del Sol, por lo tanto los momentos en los que los veremos será hacia el amanecer y el atardecer, pero eso sí, nunca de madrugada.

Mercurio

Lo vamos a percibir de un color amarillento, bastante claro. Como es el planeta más cercano al Sol es particularmente difícil de ver, ya que estará situado, como mucho, a unos 28º de distancia a nuestra estrella, así que verlo es casi un reto. Lo bueno es que con tanta luz pocas estrellas son visibles, así que si ves una estrella a esa distancia aproximada, con un color amarillento es bastante probable que se trate de Mercurio.


Venus

Es como una bolita blanca brillante en el atardecer que destaca mucho en el cielo entre las pocas estrellas que se ven en ese momento del día. Venus es bastante más fácil de ver que Mercurio y, en mi opinión, el más fácil de identificar de todos los planetas. En primer lugar, porque no está tan cerca del sol como Mercurio, entonces el lapso de tiempo en que lo vamos a poder ver va a ser mayor, no desaparecerá tan rápido por el horizonte; y en segundo lugar, porque está más próximo a nosotros, lo cual va a ser, por supuesto, una ventaja, ya que lo veremos con un tamaño aparente más grande, añadiendo a todo esto que el planeta en sí ya es bastante grande, en comparación con otros planetas rocosos, siendo superado solamente por la Tierra. Desde aquí lo vamos a percibir de un color blanquecino brillante y gracias a que este planeta tiene una atmósfera muy densa y presenta una gran capacidad para reflejar la luz que le llega del Sol se va a hacer notar mucho en el cielo.  


Planetas superiores

Estos no los vamos a ver necesariamente cercanos al Sol, sino que al contrario que los planetas inferiores los vamos a poder ver en cualquier zona del cielo y a cualquier hora, pero recuerda, siempre estarán situados a lo largo de la eclíptica. Aquí lo más sencillo, una vez ya lo hemos clasificado como un planeta superior, es fijarse primero de todo en su tamaño y en segundo lugar en su color, que es lo que más nos va a ayudar a distinguir unos de otros. 


Marte

Su tamaño aparente va a ser bastante pequeño, aunque es más grande que una estrella, lo cual se va a hacer más evidente a medida que su órbita se acerca a la Tierra. Lo que nos va a dar una pista importante para poder identificarlo va a ser su color, veremos un puntito anaranjado en el cielo. Gracias a su color llamativo, será el planeta más fácil de identificar por su color, ya que es el único planeta rojizo del Sistema Solar.


Júpiter

Marte destaca por su color llamativo y Júpiter destaca por su enorme tamaño. Es el gigante del sistema solar, así eso ya nos va a dar una idea de la primera pista que nos va a dar el planeta para que lo identifiquemos en el cielo: su tamaño. Si a Marte lo vamos a identificar fácilmente por su color, a Júpiter lo identificaremos  principalmente por su tamaño. Como ocurre con Venus también lo vamos a ver como una bolita blanca brillante, y puede ser bastante parecido a este, pero ligeramente más anaranjado o amarillento. No hay que preocuparse demasiado por su aspecto físico tan similar, sabemos que Venus es un planeta inferior, así que ahí tenemos una pista para diferenciarlos.


Saturno 

Al igual que Júpiter también es un gigante gaseoso, y lo veremos bastante grande y similar a él, pero con un tamaño algo menor y algo menos brillante, de color blanco que a veces se dice que se puede percibir tirando un poco al amarillento. Puede parecer un poco difícil de diferenciar de Júpiter, pero aquí nos va a ayudar un poco la experiencia. Cuando están relativamente cerca son más fáciles de distinguir, se podía ver especialmente bien hace unos meses cuando se pudieron ver en el cielo uno al lado del otro.


Urano

Urano es muy difícil de ver a simple vista, si tuvieras la suerte de encontrarlo se vería extremadamente pequeño y débil, de un color blanquecino. Yo no he sido capaz de verlo solo con mis ojos -y con mi miopía ni lo intento-, pero eso sí, si tienes buena vista y la atmósfera está bastante limpia igual tienes suerte de verlo en el cielo.


Neptuno

Si Urano ya es difícil de ver, este señor, el más lejano a nosotros, no se puede ver a simple vista por muy buena visión que tengas. Aunque Neptuno es un planeta de gas, de gran tamaño, al encontrarse tan lejos de nosotros no es posible verlo fácilmente en el cielo, aquí sí que te haría falta un telescopio o prismáticos para poder encontrarlo.


Una ayuda extra 

Bueno, lo dejo para el final porque aquí la idea es aprender, pero si hace falta más ayuda, sobre todo si para empezar te está costando mucho, existen aplicaciones que te indican qué estrellas son las que estás viendo en el cielo. Yo usaba antes SkyMap, en Android, pero al cambiarme a Apple tuve que buscar otra. Todavía no encontré ninguna que me guste porque me acostumbré a SkyMap y me cuesta mucho volver a adaptarme a otra, pero las hay muy buenas como SkyORB. Al poner “mapa estelar” en el buscador aparecen todas y es cuestión de encontrar la que mejor te venga a ti.

Muchas además aportan datos como la distancia, las características físicas, tipo de estrella y tamaños, las constelaciones, etc.

Pero en definitiva es bastante sencillo identificar los planetas y distinguirlos unos de otros. Solo hay que fijarse en donde está respecto al Sol y en su tamaño, color y brillo.

Puedes utilizar esta guía al principio para ir viéndolos y aprendiendo poco a poco y con una app del cielo como complemento aprender será solo cuestión de tiempo y ganas.